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Que ha significado para mí ser PRESIDENTE de un grupo BNI durante el año de pandemia.

BNI no es una democracia. No basta con reunir unos requisitos para ingresar
en un capítulo. Es más: pueden reunirse todos y cada uno de los requisitos y ser
vetado sin misericordia, por el simple motivo de que un miembro se dedique a la
misma actividad. Tampoco los miembros suelen votar, como los pasajeros no votan
sobre la mecánica de los motores del avión. A lo sumo, alguna decisión de trámite
o estrictamente grupal. Naturalmente, y esto es importante, nadie vota al Equipo de
Liderazgo. La belleza de esto, tan extraño para nuestro instinto ciudadano, es que,
como el Presidente no se vota, todos los miembros pueden ser, y serán si quieren,
Presidentes. El Presidente no tiene que representar a los miembros, aunque
termine por hacerlo aquí y allá en un laberinto de reuniones. No representa a BNI,
porque para eso están los Directores. El Presidente, simplemente, encarna la
manera de hacer las cosas en BNI. Encarna algo tan elemental, nada más y nada
menos, como el orden estructurado de BNI para las reuniones presenciales.
Encarna conocimiento.


Fui el primer Presidente de BNI Desarrollo Córdoba. Antes había sido
Vicepresidente, Coordinador de Ética y Coordinador de Educación en otro grupo,
repetidamente. No tenía más méritos que la experiencia y la capacidad de
convertirme en una columna vertebral gruesa para mis compañeros,
permitiéndoles desarrollar las reuniones con libertad según sus talentos,
aguantando la postura para que siguiera siendo, siempre, BNI. La aportación del
Presidente es mínima: el manual dicta lo que debes decir y cuándo. El sello es muy
personal: si se lee o no, si se da más o menos ritmo, si una entonación o gesto dan
peso a una parte u otra de la reunión. Con estas solas herramientas, voz y gesto,
dos reuniones pueden ser muy distintas diciendo prácticamente lo mismo.
Como primer presidente de un grupo, recae sobre ti la responsabilidad de que
todos los miembros creen, instintivamente, que en BNI las cosas se hacen, que
BNI es, lo que estás haciendo tú. He hecho lo posible por tener reuniones en las
que los protagonistas sean los miembros, en las que exista un sentido de
pertenencia y en las que no exista reserva sobre la admiración mutua entre
nosotros. Creo que funcionan mejor las comunidades que las sociedades, al
menos en cuanto a virtud, y el éxito de BNI Desarrollo es precisamente ese:
funcionar como una comunidad con sus propias reglas y un altísimo nivel de
lealtad y respeto entre los miembros.
Mucho mejor que ser Presidente es ser, nuevamente, miembro sin cargo,
siguiendo atento la reunión. Veo a mis compañeros funcionar como un reloj, siendo

capaces de presentar a los otros treinta y pedir su referencia sin necesidad de la
menor preparación, haciendo que sesenta segundos parezcan eternos, y me digo:
pues lo hiciste bien, ¿no? Y sí, desde luego. Lo hice francamente bien.


Miguel Donate Salcedo
Primer Presidente de BNI Desarrollo Córdoba.

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